El rubor es un elemento esencial en el maquillaje. Tiene la misión de unificar las distintas fuerzas de color que representan los ojos y la boca, aportando luminosidad. El color en las mejillas es síntoma de buena salud, lo que invariablemente se asocia a la belleza.

Una cara con colores sanos y vitales tiene una apariencia más Juvenil y atractiva. Y conseguir esto es posible.

Uno de los infaltables en nuestro bolso de maquillaje es el blush o rubor, también llamado colorete.
Se usa para acentuar el área en dónde es aplicado, porque otorga una apariencia de suavidad y brillo, perfilando las curvas del rostro.

Para darle mayor vitalidad natural a nuestra cara podemos utilizar cualquier tono que pertenezca a la gama de los rojos o amarronados.

Cómo aplicar el rubor correctamente

El rubor bien aplicado se pone siempre en la zona comprendida bajo una línea imaginaria que corre entre las aletas de la nariz y el extremo de las cejas.

Colocado en el lugar natural del pómulo, no aporta ninguna modificación a la forma de la cara. Está indicado para rostros ovalados perfectos, para los redondos que quieren acentuar el efecto de buena salud y para los de forma rectangular con pómulos prominentes para resaltarlos.

Para saber el sitio justo donde debe aplicarse, conviene sonreír ligeramente. Así notaremos claramente en qué zona puede ser ubicado.

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Si lo que se desea es obtener un efecto de vitalidad y salud, aplicar además de en las mejillas en la frente, debajo de las cejas, en la nariz, en la barbilla, los lóbulos de las orejas y las sienes.

Para este efecto saludable se puede sustituir el rubor por polvos bronceadores, sobre todo cuando la piel está ligeramente bronceada. La técnica de aplicación es la misma: El pincel atraviesa ligeramente el rostro desde la punta de la nariz hasta lo alto de los pómulos.

Si nos hemos excedido en la cantidad, se puede rectificar aplicando, con una brocha limpia, polvos sueltos transparentes.

Para dar relieve a los pómulos, utiliza dos tonos, el más pálido en el pómulo, bajo el ojo y remontando hacia las sienes; el más oscuro justo debajo, difuminando bien para que se fundan.

Para reducir la frente, extender la sombra oscura en la raíz del pelo y la clara en el centro.

Las formas de presentación del rubor

El blush o rubor (a veces también llamado colorete) puede presentarse en varias formas:

Rubor en crema

Formulado a base de cera y pigmentos coloreados, su composición tiene mucho en común con las barras de labios. Es resistente al agua y a la transpiración, por lo que su uso está muy indicado tanto para las actividades deportivas como para el verano.

Rubor en polvo

Es la formulación más habitual y la preferida tanto de Los profesionales cómo de las usuarias por su facilidad de aplicación, su fantástico efecto y sus grandes posibilidades para modelar el rostro. Los grandes avances tecnológicos han permitido crear unos polvos micronizados de tamaño casi imperceptible, a los que se añaden pigmentos coloreados y agentes hidratantes para no resecar.

Brochas y otros elementos que nos ayudan a aplicar el rubor.

Pincel de grosor medio, preferentemente con el mango largo, lo que permite hacer movimientos más amplios al aplicarlo.

Brocha gorda y polvos sueltos para rectificar.

¿En qué fase del maquillaje colocamos el rubor?

El colorete se aplica en último lugar, después de haber maquillada los ojos y la boca, para percibir mejor la intensidad a dar; encima del polvo volátil si se trata de un rubor compacto, o debajo de estos si se trata de rubor cremoso.

Hay que servirse de la palma de la mano como si fuera la paleta de un pintor para quitar del pincel el exceso de polvos y evitar que se formen placas, restando tersura y naturalidad a la piel.

Para aplicar el rubor en polvo; deslizar ligeramente la brocha con movimientos largos y ascendentes desde el hueso del pómulo hasta las sienes; insistir varias veces sin poner más cantidad en el pincel, difuminando al máximo.

Termina aplicando las palmas de las manos, limpias y bien secas, apretando sin deslizar para aumentar la permanencia.

Algunos trucos con el uso del rubor y bronzer

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Para acortar una frente muy ancha, extienda el rubor más oscuro desde el centro de la línea del pelo hacia abajo y hacia ambos lados formando una V en el centro de la frente.

No siempre la nariz es la mejor parte del rostro; si queremos darle una apariencia menos ancha, llevamos el rubor hacia abajo a ambos lados de ésta y aplicaremos base clara entre las dos líneas.

Para acortarla, en cambio, extenderemos un poco de rubor de color oscuro sobre la punta y lo esfumaremos cuidadosamente.

Uno de los errores más comunes es usar exceso de rubor, lo que produce la impresión detener dos manzanitas rojas sobre las mejillas. Para evitar esto usaremos rubores en polvo en crema y los difuminaremos con un pincel, de manera que no se formen líneas que demarquen innecesariamente nuestro rostro.

Si lo que queremos es destacar la parte superior de nuestra cara por medio del rubor podemos trazar una especie de V horizontal encima de la punta dela nariz y esparcirla bien dentro de la línea del cabello, de tal forma que no queden líneas divisorias.

Luego de aplicar el rubor es bueno darse unos suaves golpecitos con la yema de los dedos para distribuir lo mejor y conseguir una mayor apariencia natural.

El rubor en polvo generalmente se colocan luego de aplicar el polvo traslúcido o volátil, mientras que el rubor en crema debe usarse siempre antes de este, esparciéndose con la ayuda de una esponja o con la yema de los dedos.

Para dar una impresión de juventud y vitalidad le aconsejamos utilizar rubor en tonos rosados, pues este tono ilumina la cara con un brillo natural.

Para finalizar te recomendamos leer también cómo aplicar el rubor según la forma del rostro.

por Lourdes