¿Como es el humor de los gatos?

Una investigación demostró que, al igual que una persona, estos queridos felinos ofrecen una amplia gama de emociones muy fáciles de detectar.

Etologos de París, francia, confirmaron a través de varias experiencias científicas que, tanto los ojos como las orejas, la cola, los bigotes y el maullido de un gato son indicadores de su estado de ánimo.

Así nos damos cuenta si está contento, enojado, asustado o triste.

El semblante de estas mascotas es particularmente expresivo, pudiendo mostrar un gran número de emociones distintas, desde la alegría al miedo o la agresividad.

Además, una cola bien parada indica que el animal está confiado.

Si la mueve de un lado para otro quiere decir que está tensionado.

Cuando el animal está a la defensiva, hace más esponjoso su pelaje.

¿Para qué? Para parecer más grande de lo que en realidad es.

Cuando un gato se estira panza arriba, se está rindiendo a otros felinos dominante.

Cuando muestra su colmillo y sus garras, esta mostrándose seguro y poderoso.

Si nuestro gato se prepara para salir corriendo, puede permanecer estático durante muchos minutos, manteniendo la concentración, la mirada intensa y las orejas paradas para captar hasta el más mínimo ruido lejano.

El arte de juntar un gato adulto con un cachorro

Dada en agresividad que se mostró en una gran cantidad de especies adultas cuando se intentó juntarlas con gatitos nacidos de otros gatos, los expertos confeccionaron una lista de consejos para evitar las peleas y lograr que el pequeño felino sea bienvenido.

Lo primero que recomiendan los estudiosos del tema es recortarle las garras a ambos gatos. Podemos permitir que el adulto olfatea el gatito, lo más probable es que al principio haya algún gruñido.

Si el gato adulto ataca el cachorro habrá que separarnos, pero si esto no sucede es mejor no interferir más de lo necesario.

Los gatos pueden tardar hasta un mes en acostumbrarse el uno al otro.

Acariciar un gato libera tensiones

La experiencia fue demostrada entre un amplio número de pacientes de psicólogos norteamericanos.

Quedó confirmado científicamente algo que ya era un secreto a voces. Un grupo de pacientes de prestigiosos psicólogos de San Francisco Estados Unidos, padecía un alto grado de ansiedad y obsesiones, que se redujo considerablemente luego de acariciar el lomo de un gato durante algunos meses, de manera metódica.

También se comprobó que los ayudó mucho escuchar el ronroneo del gato mientras lo tenían alzado sobre su falda.

Coincidieron en afirmar que sentían en ese momento una enorme sensación de seguridad.

por Melisa