10 cosas a saber sobre el té (para que salga delicioso) (1)

Existen más de 3.000 variedades de tés en el mundo y todas provienen de la misma planta, la Camellia sinensis.

Diferenciadas por sus lugares de origen,  sus formas de elaboración o sus blends particulares, existen una amplia gama de aromas y sabores que brindan una opción para cada momento.

¿Ya elegiste la variedad de té que vas a tomar hoy? Si estás por preparar una taza de té, primero lee atentamente estas indicaciones para aprender a preparar una deliciosa taza de té con un sabor inigualable.

 

1. Presta atención al agua

El agua tiene que ser fresca, de la canilla. Como su calidad varía mucho según las regiones, si es muy clorada hay que usar agua de filtro, pero nunca agua mineral, ya que contiene sodio, potasio y otras sales minerales qué le dan dureza y afectan la calidad de la infusión. Debe estar recién hervida, y nunca sobre hervida, porque al hacerlo se elimina el oxígeno disuelto y afecta la calidad de la infusión.

2. Si vas a elegir entre hebras o saquitos…

Tenés que tener en cuenta que la calidad de un té no está dada por el hecho de presentarse en hebras o en saquitos. Hay hebras excelentes y hebras de mala calidad, lo mismo pasa con los saquitos.

La diferencia entre ambos está en el proceso, específicamente en el tipo de molienda. Mientras que para producir hebras se utilizan máquinas que muelen el té en partículas grandes, para producir saquitos se muele en partículas finas.

Las diferencias en el proceso repercuten en la infusión posterior: En la taza, un buen té preparado con saquitos se distinguirá por su buen color, la fuerza y la viveza de su licor.

Un té preparado con hebras en cambio, tal vez resulte menos intenso en fuerza y sabor, pero prevalecerá en flavour y luminosidad. En ambos casos, la calidad de la materia prima y del proceso de molienda, que siempre debe realizarse antes del secado y la clasificación, serán la clave para una buena infusión.

 

3. ¿Preferís el clásico sabor del té negro?

Para prepararlo, pone en una tetera tanto saquitos como tazas quieras servir. Si es en hebras, calcula una cucharadita de té, es decir 2 gramos, por cada taza. Luego, calentá el agua hasta el primer hervor, 100 grados, no debe estar sobre hervida.

Serví y deja reposar aproximadamente 3 minutos en el caso de los saquitos, y 2 minutos más si se trata de té en hebras, según la fuerza que le quieras dar a la infusión.

4. Si optaste por el té verde…

Entonces presta atención a la temperatura del agua, porque es mejor retirarla unos minutos antes de que hierva, a una temperatura de 70 grados aproximadamente. Al igual que para el té negro, también hay que calcular un saquito por taza, verter el agua sobre el saquito y dejar reposar 3 minutos.

5. ¿Querés añadirle leche?

 

Sí elegiste una variedad de carácter intenso como por ejemplo el té taragüí clásico English Breakfast, la leche puede sentarle muy bien y suavizar su astringencia. Esta es una costumbre occidental que en general y según el gusto de cada uno, armoniza con aquellos tés de tipo más vigoroso. ¡Pero cuidado! Hay que tener presente que la leche no se lleva bien con el sabor de ciertos tés negro con los darjeeling o los ceylon, y ciertamente no combina para nada con los tés verdes ni los tés aromatizados.

6. El azúcar

Si sos de los que disfrutan de un té con azúcar, no dejes que te menosprecien. Aunque los chinos no tenían la costumbre de endulzarlo y algunos especialistas sostienen que enmascara el sabor de la infusión, otros opinan lo contrario, especialmente en lo que se refiere a los tés saborizados con frutas. Como vemos, esta también es una cuestión de gustos.

7. ¿Pensaste la posibilidad de tomar té helado?

 

Si es verano, no lo dudes. Para prepararlo emplea el doble de cantidad en saquitos o en hebras qué usarías para una infusión normal, de manera de obtener un té mucho más fuerte. Después, una vez que se haya enfriado, servilo en un vaso lleno con cubitos de hielo. Se puede endulzar y agregarle hojas de menta, rodajas de limón o de naranja.

8. Guárdalo bien para la próxima

Una vez abierto el estuche y retirada la envoltura exterior que lo recubre, es importante conservar los saquitos o hebras de té en un recipiente hermético que los proteja de la luz y de la humedad del ambiente, lejos de los alimentos con olores fuertes que los contaminen. Si en cambio tenés saquitos con una buena sobreenvoltura exterior no te preocupes, ya están a salvo de cualquier agente externo.

9. ¿Sabías que además te hace bien?

Sí ya preparaste tu té y estás a punto de disfrutarlo, hacélo por partida doble. El té no sólo es rico, sinó también un gran aliado de la salud.

La mayoría de sus virtudes se encuentran en el poder antioxidante de sus compuestos, qué hacen del té un excelente vehículo para prevenir el envejecimiento celular y disminuir el riesgo de contraer ciertos cánceres y enfermedades cardiovasculares. También ayuda a disminuir el nivel de colesterol malo e inhibe la acumulación de azúcar en la sangre.

El té es un poderoso agente inmunológico que contribuye a aumentar y reforzar las defensas del organismo.

A diferencia del té negro, el té verde no pasa por el proceso de fermentación de sus hojas; por eso, además de conservar un color verde brillante, posee aún más propiedades antioxidantes que el negro. En cualquiera de sus versiones no sólo es una bebida natural y deliciosa, sino que además hace bien.

10. ¡Sé un buen catador y disfruta!

 

¿Cómo saber si estamos ante una buena taza de té? Estas pistas, aunque no son apropiadas para juzgar variedades específicas como un darjeeling o un ceylon por ejemplo, se ajusta a los parámetros de los tés negros más tradicionales y difundidos. Probá y Anímate a sacar sus propias conclusiones siguiendo estos pasos:

Sentí el aroma

Al prepararlo, el té debe generar un aroma agradable. Para percibirlo plenamente. El momento ideal es sentir el aroma que se desprende de la taza cuando se está haciendo la infusión o al destapar una tetera.

Observa el color

El líquido, también llamado licor, debe ser de un color entre rojizo, dorado o ámbar, jamás marrón, grisáceo oscuro. Al agregarle leche, deberá resaltar un color oro brillante, y nunca un color marrón o gris opaco, tipo café con leche. Si bien el color del te cambiará según la variedad que se esté catando, este debe ser siempre brillante y vivo, nunca mate o apagado.

Aprecia el sabor

Aunque depende de la variedad, el gusto debe ser amigable y con la agradable astringencia propia del té, nunca excesivamente liviano aunque tampoco agresivo o muy astringente. Debe ser capaz de dejar un sabor agradable en la boca por un rato y perdurar, como un buen vino.

Distinguí el flavour

Es una característica propia de té superior, es su perfume característico. Es algo que se puede sentir en un buen té de personalidad marcada y de una calidad excepcional.

Variedades de tés más comunes y en qué momento tomarlos

 

Té negro

Todos los té negro tienen en común una elaboración similar, pero sus personalidades pueden ser muy diferentes según su tierra de origen. El té negro es ideal para cualquier momento del día.

Té verde

También son conocidos cómo tés no fermentados, y provienen de la misma planta que el típico té negro. Aromatizados o puros, son tan refrescantes como saludables. El té verde es de carácter liviano y astringente, siempre se debe tomar sin leche. Se puede servir en cualquier hora del día.

Tés frutales.

Inspirado en la refinada tradición de perfumar el té con el sabor de las frutas, existen muchos sabores y opciones deliciosas y naturales combinadas con verdaderos pedacitos de fruta.

Te saborizado con naranja. Posee un sabor refrescante y sutil de la fruta. Se debe servir solo, caliente o helado. Para darse un gusto a cualquier hora del día.

Té de limón. Provoca una sensación de intensa frescura. Se debe servir solo, caliente o helado. Para darse un gusto a cualquier hora del día.

Te saborizado con frutilla. Posee un toque deliciosamente silvestre. Debe servirse solo es decir sin leche, caliente o helado. Ideal para beber los después de la comida o para acompañar postres dulces.

Te saborizado con frutos rojos. Se distingue por su bouquet fragante. Se debe servir solo, caliente o helado. Al igual que el té de frutilla es ideal para acompañar postres o para degustar después del almuerzo.

Te saborizado con durazno. Posee un sabor seductor y delicado. Se debe servir sólo caliente o helado. Ideal para disfrutarlo en cualquier momento del día sobre todo por la tarde.

Te saborizado con ananá. Posee un sabor muy sabroso y placentero, de exquisita fragancia tropical. Se debe servir sólo, caliente o helado. Es ideal para beberlo por la tarde o para acompañar dulces.

Si quieres conocer un té con mucha personalidad te recomendamos beber una Exquisita taza de té taragüí .

por Luz